El paciente con TOC es una persona asediada por pensamientos angustiantes y perturbadores que lo obsesionan hasta interferir con su vida cotidiana. En su desesperación por controlar estas obsesiones, repiten rituales o comportamientos que denominamos compulsiones.
Para un paciente con obsesiones agresivas, una compulsión común consiste en evitar cuchillos y tijeras porque así erradica la posibilidad de lastimar a otras personas. Otras compulsiones consisten en releer, ordenar, contar, repasar conservaciones y pensamientos, buscar la justificación de otros, etc.
Quienes padecenTOC no pueden controlar estos pensamientos y rituales, razón por la cual en ocasiones faltan a la escuela, tienen problemas en el trabajo y dificultades para relacionarse socialmente. Creen que si no concretan el ritual se puede desencadenar un hecho trágico.
En la mayoría de los casos esta enfermedad se manifiesta durante la niñez o la adolescencia, pero las personas suelen demorar hasta siete años en recurrir a un especialista. De esta manera, suelen ser diagnosticadas alrededor de los 19 años.
¿Cómo tratar esta enfermedad?
Abordar a un paciente con TOC implica estar frente a una persona que sufre. A veces el paciente ya ha consultado a varios especialistas y llega al consultorio muy desanimado, con un alto grado de desesperanza y descreimiento.
Por eso es fundamental establecer una buena relación médico-paciente antes de implementar el tratamiento; que suele combinar el acompañamiento terapéutico con la aplicación de medicamentos, dependiendo de la situación particular de cada paciente.
En cualquiera de los casos será fundamental trabajar con el apoyo y contención de la familia para cambiar el pronóstico del tratamiento.
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