En estos días de calor intenso, es necesario recordar la
importancia de que toda la población, especialmente niños y personas mayores,
permanezcan hidratados (entre 1.5 y 2 litros de agua diarios) e intenten evitar
lugares calurosos y con poca ventilación.
Debemos prestar especial atención a personas con algún tipo de
afección neurológica y/o psiquiátrica, ya que el calor intenso puede agravar los síntomas de sus
enfermedades, además de producir insomnio, somnolencia o excesivo cansancio.
En
general, todos podemos experimentar problemas de insomnio, pero las personas
mayores son las que se muestran más sensibles ante los cambios de temperaturas.
Muchos de ellos ven fragmentado el sueño o no pueden conciliarlo tras haberlo
perdido. El calor impide que el hipotálamo controle adecuadamente nuestra
temperatura corporal, lo que hace que regulemos peor el sueño, y la calidad de
éste se vea deteriorada.
Pero
esto se ve agravado en personas con enfermedades neurodegenerativas, y también por
algunos medicamentos que dificultan la regulación de la temperatura en el
cuerpo, con lo cual aquellos que suelen tomar medicación a diario, pueden tener
mayores problemas.
Existen
muchas patologías psiquiátricas y neurológicas que acentúan el cansancio y
fatiga dados por el calor. Probablemente, los pacientes que se ven más
afectados son aquellos que sufren alguna enfermedad neuromuscular, ya que
a los problemas de movilidad que les generan sus enfermedades, el cansancio
añadido del calor les impide desarrollar con normalidad sus actividades diarias
y la fatiga, biológicamente entendida, puede agravar sus síntomas y signos
deficitarios.
Es
importante destacar que la deshidratación es uno de los problemas más comunes
en los pacientes con demencias. Ellos pueden tener alterados los mecanismos
de control de la sed, de la movilidad y disfunción en la sudoración, como
puede acontecer en la enfermedad de Parkinson, que también son una población de
riesgo en este sentido.
Recuerde
entonces hidratar al paciente permanentemente, y por sobre todo, prestar
especial atención a la hidratación de los mayores, sobre todo si poseen alguna
enfermedad neurodegenerativa. Aunque la persona le manifieste que no tiene sed,
igual la persona necesita tomar agua para evitar la deshidratación.
Muchos
Saludos.
Fernando
Taragano
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