lunes, 10 de marzo de 2014

El Alzheimer podría acabar con la vida de más personas de lo que se pensaba



Científicos del Centro Médico de la Universidad de Rush, en Chicago, recolectaron datos de casi 2,600 adultos mayores, y calcularon que más de un tercio de todas las muertes de personas mayores de 75 años se podían atribuir al Alzheimer, y que el número de muertes por la enfermedad cerebral incurable supera a las estadísticas que se extraen de los certificados de defunción. Aunque las estadísticas oficiales responsabilizan al Alzheimer de unas 85,000 muertes cada año (solo en EEUU), los autores del estudio estimaron que la cifra real podría acercarse más a las 500,000.

"Muchas personas no reconocen que el Alzheimer es una enfermedad letal. Creen que las personas que sufren de Alzheimer al final sucumben a la vejez", señaló el autor del estudio, Bryan James, epidemiólogo del Centro de Enfermedad de Alzheimer de la Universidad de Rush. "No comprenden que al final el Alzheimer afecta a la parte del cerebro que controla la respiración y la tasa cardiaca, lo que desactiva el cerebro. Es otro motivo que tenemos para afirmar que se trata de una enfermedad terrible". El estudio, financiado en parte por los Institutos Nacionales de Salud de EE. UU., aparece en la edición en línea del 5 de marzo de la revista Neurology.

 James y sus colaboradores analizaron datos de dos estudios en curso sobre el envejecimiento, que dan seguimiento a casi 2,600 participantes con una edad promedio de 78 años, cuya función cerebral se consideró normal al inicio de la investigación. Durante los ocho años de los estudios, el 22 por ciento de los participantes al final contrajeron demencia, y el 72 por ciento de esos pacientes murieron, frente al 34 por ciento de los que permanecieron libres de demencia.

Los investigadores concluyeron que el Alzheimer y las otras demencias no se ven reflejadas en las actas de defunción, porque esos documentos mencionan la causa inmediata de muerte, como la neumonía, que fue provocada por el Alzheimer. Muchas veces, las personas con Alzheimer contraen neumonía en las últimas etapas porque tienen dificultades para respirar y tragar. Contraen neumonía y mueren, pero el acta de defunción dice neumonía. Pero el hecho es que no habrían muerto de neumonía si no hubieran sufrido de Alzheimer.

Estos nuevos hallazgos deben cambiar la percepción pública sobre la importancia de combatir el Alzheimer, que se calcula que afectará a casi 14 millones de personas en EE. UU. para 2050. Aunque las tasas de mortalidad por la enfermedad cardiaca y el cáncer se están reduciendo debido a la llegada de nuevas terapias, no sucede lo mismo con el Alzheimer. Actualmente, ningún tratamiento puede ralentizar ni parar la enfermedad.

Es por ello que, desde un punto de vista de salud pública, es el momento de financiar mucho más seriamente la investigación sobre la enfermedad de Alzheimer.


2 comentarios:

  1. Me temo que a pocos le importa una enfermedad que afecta y mata a adultos mayores... si a esta enfermedad la tuvieran niños, jóvenes o adultos en edad laboral, seguramente le prestarían mucha más atención a la investigación para encontrar una cura o freno. Lamentablemente a muy pocos les interesa el bienestar de nuestros ancianos.... es una pena que esto suceda.... ya los abuelos no podrán contar cuentos a los niños si todos padecen esta terrible enfermedad, los abuelos no podrán cuidar de sus nietos, ayudar o dar consejos a sus hijos adultos ante un problema, el mundo va a cambiar por no cuidar a los adultos mayores...

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  2. Coincido totalmente con la necesidad imperiosa de investigar profundamente cuanto se vincula con la enfermedad de Alzheimer y por consiguiente de concurrir a la correspondiente financiación tanto de la esfera pública como de la privada, pero no solo por su real e importante participación en la tasa de mortalidad, sino también porque se trata de una enfermedad cuya inexorable evolución consta de sucesivas e implacables etapas en las que el paciente se degrada lentamente en el transcurso de largos años (más de diez) perdiendo en el severo proceso su dignidad de vida a la vista impotente y sufriente de quien, generosa y amorosamente, se ha dispuesto a ser su "cuidador".

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