Recientemente se ha descubierto que el bajo rendimiento cognitivo y cardiovascular en edades tempranas de la vida podrían asociarse a un mayor riesgo de desarrollar deterioro cognitivo y demencia antes de los 65 años.
Los autores de esta investigación realizaron un seguimiento de jóvenes de 18 años durante 42 años y observaron que aquéllos que tenían ambos factores mencionados desarrollaron en mayor proporción deterioro intelectual y demencia a edades tempranas.
Estos hallazgos ponen en evidencia que para lograr reducir el deterioro intelectual y la demencia en la vida adulta, es necesario adoptar medidas preventivas tempranas, cambios educaciones y de estilo de vida. Los mismos podrían mejorar el estado cognitivo a los 60 y por ende retrasar el inicio del deterioro cognitivo tardío.
Los autores de esta investigación realizaron un seguimiento de jóvenes de 18 años durante 42 años y observaron que aquéllos que tenían ambos factores mencionados desarrollaron en mayor proporción deterioro intelectual y demencia a edades tempranas.
Estos hallazgos ponen en evidencia que para lograr reducir el deterioro intelectual y la demencia en la vida adulta, es necesario adoptar medidas preventivas tempranas, cambios educaciones y de estilo de vida. Los mismos podrían mejorar el estado cognitivo a los 60 y por ende retrasar el inicio del deterioro cognitivo tardío.
Puede leer el artículo cientifico completo AQUI (en ingles)
Muchos saludos,
Fernando.
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