jueves, 8 de diciembre de 2011

¿Cómo organizar las celebraciones de fin de año junto a un familiar que padece Mal de Alzheimer?

Faltan pocos días para las celebraciones de Navidad y Año Nuevo. El hecho de cerrar un ciclo y la posibilidad de reunirse con toda la familia generan diversas sensaciones, que van desde un gran entusiasmo y alegría a momentos de nostalgia o tristeza. Para las familias que conviven con una persona que padece la enfermedad de Alzheimer, o cualquier otra demencia, estas instancias no trascurren con la misma naturalidad que en los hogares donde estos problemas no existen. 


Es que la situación de estos pacientes obliga a poner especial atención en la organización de los festejos, para que ellos puedan vivirlos de la manera más serena posible. Quiero transmitirles un mensaje esperanzador y brindar algunos consejos que les permitan generar encuentros de afecto y bienestar. 


Para quienes padecen la enfermedad de Alzheimer, las celebraciones de fin de año se viven de una manera especial. Por un lado, el recuerdo de navidades pasadas, antes de que la persona fuese diagnosticada, suele invadir de tristeza a sus familiares. Y por otro, se agregan una serie de preocupaciones en relación a la manera de integrar a este familiar durante el momento de las celebraciones. 


En el caso de pacientes que se encuentran en las primeras etapas de la enfermedad y no han perdido por completo la independencia, les aconsejo organizar reuniones íntimas (con sus seres más queridos) y, por otra parte, integrarlos en los preparativos del festejo ocupándolos en tareas básicas que puedan desarrollar sin perturbarse (como colaborar con el armado del árbol navideño o envolver regalos). Esto les permitirá disfrutar de la compañía de la familia y, al mismo tiempo, sentirse útiles. 


En los casos en que la enfermedad ya afecta gravemente las funciones cognitivas e intelectuales del paciente (atentando contra su memoria, pensamiento y conducta) y le ha quitado la independencia, mi consejo es preservar ante todo la estabilidad emocional y tranquilidad del paciente. 


Es muy común que los familiares piensen que le producirán una gran alegría organizando una reunión con todos los familiares que hace mucho no lo ven, pero la realidad indica todo lo contrario: las personas con Alzheimer receptan de una manera especial los cambios que se producen en el ambiente donde viven, más aún si se trata de reuniones atípicas donde hay mucha gente.


El bullicio y los ruidos suelen desestabilizarlos y, en consecuencia, les hacen perder el sentido del lugar en el que están y de las personas que los rodean produciendo alteración del ánimo y malestar. Los ruidos de los fuegos artificiales, las voces de muchas personas y la imposibilidad de seguir una conversación pueden producirles desequilibrios, pérdida del sentido del lugar y conductas agresivas, entre otras cosas.


Lo mejor es que el paciente no viva situaciones estresantes. Con respecto a la posibilidad de llevarlos a un centro de cuidados durante esas fechas, si el paciente nunca estuvo internado es mejor no hacerlo ya que esto también le provocaría un gran cambio. En tanto, si el paciente vive en algún centro de internación, les recomiendo que no lo retiren de allí ya que el cambio de escenario, incluso una visita a la casa, puede ser desconcertante.


Vacaciones
En cuanto a los días de descanso, tampoco se recomienda sacar al paciente de su casa, ya que todos los cambios espaciales suelen ser desestructurantes. La familia tiene a pensar que llevarlo de vacaciones lo hará más feliz, cuando en realidad lo mejor es no provocarles cambios severos. Lo mejor es dejarlo a cargo de alguien y que la familia salga sola, lo que también ayudará a despejarse y descansar de estrés y sobrecarga que producen para la familia y el cuidador convivir con una persona que padece trastornos psiquiátricos. Los familiares no deben sentir culpa por tener que tomar estas determinaciones, porque lo que el paciente necesita, en definitiva, es padecer la menor cantidad de cambios posibles.


Consejos útiles
  • No decore en exceso. Las luces parpadeantes y los decorados muy grandes pueden causar desorientación. Evite las velas y otros elementos que pueden atentar contra la seguridad, así como los adornos que pueden ser confundidos por comestibles, como frutas artificiales. 
  • Procure un clima de celebración tranquilo. La música, el bullicio y los ruidos pueden afectar el estado de ánimo del paciente y exacerbar los síntomas. Para una persona con Alzheimer lo mejor es un ambiente tranquilo.
  •  Mantenga las rutinas diarias para evitar desconciertos y designe un espacio especial donde el paciente se pueda retirar a descansar. 
  • Si la persona que tiene Alzheimer vive en un asilo u hogar de ancianos considere realizar una pequeña celebración familiar en el lugar donde se hospeda el paciente. Puede además participar en actividades para celebrar las fiestas de fin de año organizadas por la institución. 
  • Minimice el tráfico de visitas. Coordine las visitas de algunos familiares en días diferentes. Recuerde que las personas con Alzheimer se cansan fácilmente. El paciente puede apreciar mejor visitas durante la mañana o el horario de almuerzo. Evite visitas en la noche.


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